Lo más probable es que los bares y restaurantes de nuestro país estén muy interesados en recibirle a ÉL y solo a ÉL: el glorificador de botellas de Brugal. En realidad es un expositor que a través de un imán de gran potencia hace que la botella se mantenga en suspensión y parezca que está flotando. Además, no solo vuela si no que también gira en 360º. También deben creer un poco en la magia, tenemos que confesarlo.
Estamos deseando encontrarnos con ellos por algunos de los bares nocturnos madrileños. Y de otras ciudades. Si veis alguno por ahí, avisad. En este vídeo podéis ver el efecto de levitación que os decíamos. Y ahora sí, sin trampa ni cartón.
Visto en el blog de la agencia Romero Artero.